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La guerra de los mundos… ¿De inteligencia artificial?

Frente al éxito de Chat GPT, Google presenta una contraofensiva con Bard -su propio chatbot de AI- y pelea por ganarle el podio.

El futuro llegó hace rato y las diferentes ramas de la IA comenzaron a hacerse visibles en todos los espacios que habitamos como humanidad. Facebook, Instagram, Twitter, motores de búsqueda, aplicaciones como Photoshop (acá te dejamos un tweet para que veas como funciona en el editor de fotos) y sistemas de acceso abierto son algunas de las plataformas que ahora pueden disfrutar de la presencia de esta tecnología.

No podemos negar que ChatGPT le regaló a los trabajadores, a los estudiantes y a hasta a las empresas, una herramienta súper importante y funcional que les permite ahorrar tiempo en alguna de sus tareas, pero para los que la hemos probado -en su versión gratuita-, sabemos que su contenido merece más que una simple observación. Su lenguaje neutro y genérico, la forma en la que fue entrenado y el hecho de que su versión gratuita no se encuentre en línea, son algunas de las constantes que hacen flaquear a este chatbot; que si todavía no conocés, podés acceder a info concreta por acá: Chat GPT: ¿qué tan precisa es la información que provee?.

Frente a esto, Google lanzó Bard, un bot conversacional con base en la familia LaMDA (este es un modelo de lenguaje para aplicaciones de diálogo) que viene actualizándose mes a mes en un esfuerzo por ofrecer a los usuarios, mejores funciones que las que tiene Chat GPT-4.

Hasta ahora, una de las limitaciones que encuentra este gigante, es que sólo acepta instrucciones en tres idiomas: inglés, japonés y coreano. También puede ser utilizada en 180 países hasta el momento, pero si no dominas alguno de estos tres idiomas, seguro necesites la ayuda de una herramienta de traducción para poder continuar; pero una de sus ventajas es que es COMPLETAMENTE GRATIS en comparación con Chat GPT-4, que para su uso mensual, deben abonarse U$D20 al mes.

Pero veamos, ¿qué nos trae la nueva versión de Bard frente a las que ya posee Chat GPT?

1. Imágenes en Bard.

En sus inicios, la interacción con ambos chatbots (Google y OpenAi) estaba limitada más que nada al contenido textual, un poco a trasmano de lo que la sociedad consume día a día: contenido visual.

ChatGPT lanzó en marzo una actualización que integra imágenes en su chatbot para romper un poco con los límites que venía acarreando, algo que Bard no tardó en llevar a cabo.

La función más básica es la de recibir instrucciones basadas en una imagen. Por ejemplo, si le pedís que te muestre dónde está ubicada la obra Los Nenúfares de Monet, sin problemas te va a devolver la respuesta. Así como también quizás pueda responder en imágenes si le preguntas sobre las obras más importantes del Louvre.

Pero si hay algo a destacar, es la función multimodal, algo que se traduce como una manera de entender imágenes. Y sumado a esto, la generación de imágenes mediante IA de Adobe -atentis los graphic designers en la sala- esta función permite obtener una imagen con la combinación de elementos que le indiques.

Así que si te estaba resultando difícil crear una pieza gráfica de un grupo de iguanas vestidas como Edward Manos de Tijera en diferentes épocas, creeme que esto puede generarlo.

2. Integración a otros servicios.

En su nueva versión, Bard ofrece una salida directa a su nube de servicios (si, lo que leíste). El contenido que generes, podés llevarlo directamente a tu correo de Gmail, o al servicio de Docs. Todo depende de lo que le hayas pedido que genere.

El chatbot de OpenAI sólo ofrece un botón para copiar el contenido y pegarlo donde vos quieras. Lo cual, para los nativos digitales frente a esta novedosa opción que nos brinda Bard, nos queda análogo.

Es un poco lo que esperamos de todas estas herramientas quizás, que -en este caso- además de ser chatbots, puedan extrapolar su utilidad a otras aplicaciones de uso cotidiano por medio de plugins de acceso directo.

3. Las fuentes de información son visibles

Si veníamos de sorprendernos con las mejoras anteriormente nombradas o también de alarmarnos -algunos- por los pasos gigantescos que está dando la AI, esto te va a encantar.

Bard enlista las fuentes de las cuales saca la información que le pediste, y crea indirectamente un espectro de confianza en los resultados porque estos pueden ser fácilmente verificados. Una funcionalidad que ninguna de las actualizaciones de ChatGPT tuvo hasta el momento.

Más allá de que Bard se presente como un simple procesador de AI, su objetivo es claro: presentarse como una herramienta con capacidad de imitar el aprendizaje y razonamiento humano en la mejor de sus versiones para otorgar facilidad y ahorrar tiempo de vida, y de hecho no es la única, en una edición anterior te mostramos 4 razones para incorporar AI a tu sistema de trabajo, hacé click y leelo.

Es probable que la búsqueda de información, como hoy la conocemos, termine desapareciendo en un par de años. Las AI están escurriéndose cada vez más en nuestros espacios comunes y hasta ahora, lo han hecho de forma invisible. Si bien hasta ahora no nos hemos percatado tanto en nuestro diario, no faltará momento en el que estas herramientas terminen convirtiéndose en la postal de nuestro futuro.

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